miércoles, 18 de junio de 2008

CULTURA CONTEMPORÁNEA (SIGLO XIX)

Cultura Contemporánea. Siglo XIX

El siglo XIX corresponde a un período de gran complejidad, dentro del cual vemos nacer una serie de cambios en todos los ámbitos, pero de manera particular en lo que se relaciona con el pensamiento. Después de la caída del Imperio Napoleónico y luego de la reestructuración de Europa en el Congreso de Viena (1814 – 1815) tenemos una triple reacción muy interesante de conocer. En primer lugar nos enfrentamos a un fuerte Romanticismo, imaginativo y emotivo, que relacionó lo histórico y lo sobrenatural, desarrollándose de manera muy fuerte en lo que es el ámbito de las artes. Junto con ello está el desarrollo de un materialismo que coincide con el avance del mundo mecánico y lo que tiene relación con el proceso conocido como la Revolución Industrial y toda la reestructuración de la sociedad europea de la época. Finalmente tenemos el desarrollo de filósofos entre los cuales encontramos los fundamentos de las ideologías y también las ideas futuras de un nacionalismo que se plasmará de manera especial en las dos unificaciones de mediados del siglo XIX (Alemania e Italia).

Punto aparte son los avances de la ciencia y de la tecnología, especialmente las ciencias positivas empíricas desarrolladas de manera muy fuerte en este periodo, y que encontraron su amparo en el positivismo de Auguste Comte, quien proponía que lo único verdadero era lo comprobable a través de la experiencia.

Para nuestro tema nos adentraremos fundamentalmente en dos aspectos del pensamiento que perduran hasta nuestros días y que son fundamentales para poder entender la sociedad del siglo XX e incluso proyectarse hacia el siglo XXI. En primer lugar veremos las ideologías, como movimientos canalizadores de todo un nuevo sentir de la época, y luego, relacionándolo con lo anterior, veremos lo que son los llamados nacionalismos que van de la mano de los totalitarismos europeos de la primera mitad del siglo XX, a los cuales también nos referiremos.


Liberalismo:

Podemos preguntarnos qué es el liberalismo, y frente a esto debemos responder con una gran amplitud. Comienza con la suposición de que las personas debían disfrutar de su total libertad, la que estaba asegurada por las leyes; los liberales veían a la sociedad como una la estructuradora de todo el orden, incluso político. Como comprenderemos más adelante esta idealización del hombre fue decayendo lentamente en pos de una concepción más cercana a la realidad histórica, viéndose una serie de falencias dentro de este sistema.

Al mencionar el liberalismo debemos hacer mención inmediatamente a lo que en el tema anterior mencionábamos como el laissez – faire , que consistía fundamentalmente en una idea económica pero que conllevaba consigo profundos cambios en todos los demás ámbitos de la sociedad. Aquí debemos retomar las ideas propias de los autores mencionados en el capítulo de la Ilustración, ya que en primer lugar veían la necesidad de regulación de los recursos y de la población, junto con esto está la idea de que era necesario un largo proceso de evolución de la humanidad, ya que para muchos liberales como Malthus la miseria y la falta de recursos se extenderían según se extendiera la población. Por otra parte tenemos las conocidas teorías de Adam Smith, las cuales están especialmente enfocadas a lo que es la autorregulación del mercado, con un aumento de éste y junto con ello un mejoramiento de las rentas y de los salarios.

Por otra parte tenemos otro tipo de liberalismo, como el propugnado por Stuart Mill, quien mencionó los aspectos negativos del laissez – faire, e indicó la necesidad de protección para los trabajadores, la urgencia de la expansión de la educación, la formación de sindicatos, cooperativas, y junto con ello una mayor participación de los trabajadores en las ganancias.




Socialismo:

El socialismo debemos entenderlo desde un comienzo a partir del ámbito filosófico, como el deseo de que todos los bienes se encuentren en manos de la sociedad y no en las de los individuos. En la práctica significa que el Estado es el que rige la comunidad. Esto fue desembocando en distintos tipos de socialismo, dentro de los cuales quizás el de mayor relevancia sea el de Marx. Karl Marx (1818 – 1883) llevó la idea del socialismo a un extremo: el comunismo revolucionario. Para él era necesario un levantamiento de los trabajadores, lo que llevaría a un nuevo orden social y les permitiría asirse del gobierno. Él presentó tres leyes:

- Determinismo Histórico: Las condiciones económicas determinan toda la sociedad.

- La Lucha de Clases: Creía que la historia era un proceso de luchas entre los distintos grupos económicos, un proceso que se conoce como dialéctico.

- El Carácter inevitable del Comunismo: Marx pensaba que inevitablemente se llegaría a un levantamiento final del proletariado.

Muy amigo de Marx, otro filósofo contemporáneo, Friedrich Engels, promovió estas nuevas ideas en lo que llamó el Manifiesto Comunista, base de los movimientos revolucionarios posteriores.


Las Ideas Nacionalistas:

A partir del siglo XIX encontramos en Europa un importante impulso de la idea de Nación, la cual apareció como una unidad donde los hombres buscaban la seguridad, una identidad y una mutua cooperación, lo que incluso motivó a tener una misma creencia religiosa. En el caso de Francia la idea de una patria post revolucionaria llevó a la creación de una II República, la que terminó y dio paso al II Imperio, terminando éste con la crisis de la guerra franco prusiana. Así llegamos a lo que se conoce como la III República. Por otro lado, el caso de Italia resulta muy interesante, ya que la idea que comenzó a partir del norte industrializado se llevó a cabo con la figura del rey Víctor Manuel y Garibaldi. En tercer lugar mencionamos el caso de Alemania, la cual surge como el Imperio Prusiano a manos de Otto Von Bismarck, el creador del Estado alemán, que se consolidó e industrializó de manera prodigiosa hasta comenzado el siglo XX.
Finalmente, debemos hacer mención a lo que se conoce como el proceso de imperialismo, donde encontramos los casos impresionantes del Imperio Británico, las colonias francesas en el África, y el lento pero avasallador avance de los Estados Unidos de América dentro de su mismo territorio (Oeste) y lueg